Paul (Dick Van Dyke) y Casey (James Garner), dos artistas estadounidenses, llevan una vida bohemia en París, pero no consiguen el éxito. La novia de Paul (Elke Sommer) confía en su talento y, desde América, le manda dinero para pagar el alquiler de la casa; pero Paul no soporta esta situación de dependencia y decide volver a su país. A Casey se le ocurre entonces un plan para hacer triunfar a su compañero: se trata de fingir que Paul ha muerto para que así aumente el valor de sus cuadros. Al principio todo marcha bien, pero después el plan se vuelve en contra de Casey, al que acusan del asesinato de Paul.