En algún lugar de Internet hay una tierra donde las comunidades pretenden vivir una ficción de supervivencia. Los avatares de los directores de Knit’s Island pasaron allí 963 horas, creando una película fascinante fruto de su encuentro con estas comunidades. Los “jugadores” revelan sus miedos y fantasías, en una confusión a veces inquietante entre lo real y lo virtual.