Robinson Crusoe enseña al niño Viernes los principios de la cultura del hombre blanco y construye una balsa para abandonar la isla a la que llama De la Desesperación. Poco antes de terminarla rescatan a un blanco y al padre de Viernes cuando van a ser sacrificados por los caníbales. Después llega un barco tomado por el contramaestre, quien planea dejar en la isla a los tripulantes leales. Robinson ayuda a la tripulación.