Se supone que es su propia habitación, un lugar al que se supone que está acostumbrado a ver, pero Subaru no puede evitar la sensación de que algo anda mal. Está abrumado por una sensación indescriptible de inquietud, pero el estar atrapado en el brazo de su padre Kenichi lo sacude. Subaru está aturdido, pero toma represalias con un movimiento de lucha propio. Mientras los dos continúan, la madre de Subaru, Nahoko, les informa que tiene hambre y que deben desayunar juntos.