La potente banca alemana absorbe al Banco Previsor, una modesta entidad bancaria española. Otto Schültz, el prepotente director general del banco alemán, considera ineficaces los viejos métodos de los empleados españoles y proyecta sustituirlos por jóvenes tiburones expertos en las más modernas técnicas empresariales. Ni los años de servicio ni de los dramas personales lo ablandan. Una mañana llega a la oficina y los prejubila a todos, incluyendo al director, dejándolos con una ridícula pensión. La desolación es general; sólo Galindo, un cajero algo depravado, reacciona con euforia ante la noticia. Y es que ha tenido una idea: aprovechar el tiempo que les queda para atracar el banco desde dentro. Sabe que en Nochevieja llegará una enorme cantidad de euros para poder afrontar la conversión del día siguiente, y su plan es robarlos de noche. Sus compañeros, al principio se resisten, pero, acorralados por la miseria, se van sumando al plan.