Ema se entera de que está embarazada el mismo día en que viaja a casa de su abuela para acompañarla en sus últimos días. Ahí se ve forzada a convivir con su mamá, Julieta, una cantante de rancheras, encantadora y loca de la vida con la que no se lleva nada bien. Enfrentada con la tristeza de perder a su abuela y obligada a compartir esa pérdida con Julieta, Ema reconoce una nueva faceta de su madre que la ayuda a crecer, aceptar su propia maternidad y celebrar la vida que sigue a pesar de la muerte.