Llega al motel Lloyd, un nuevo inquilino con mal aspecto y peores modos. Earl no le da más importancia de la que considera hasta que Joy lo reconoce como el tipo al que ambos vendieron en el pasado un coche estropeado. Al intentar disculparse con él éste le agradece el haberle hecho descubrir el mal que hay repartido en todo el mundo; esto y el hallazgo de material explosivo en sus pertenencias le llevan a intentar convencer a su nuevo vecino de la presencia de bien en algunas personas. Mientras, Joy prepara un proyecto para la feria de ciencias con objeto de comprarse un valioso colgante con el premio.